Otra vez.

Si volviera a nacer me gustaría decirte que corregiría errores. Pero pasaría seguramente por las mismas cosas. Me equivocaría en los mismos sitios y acertaría mas bien poco o casi nunca. Porque si volviera a nacer me gustaría decirte que sería más duro, más experimentado, más sabio pero imagino que nada, que acabaría diciendo los mismos te quiero, los mismos te odio y los mismos adiós. Volvería a llorar por los mismos éxitos y a reír por los mismos fracasos porque son ellos los que me han traído hasta aquí. Nadie sabe muy bien lo que haría si volviera a nacer pero yo sin embargo ahora si que sé algo. Lo que sé esque si volviera a nacer volvería a buscarte exactamente igual, no pararía hasta volverte a encontrar en aquel sitio a la misma hora. Volvería a mucho más nervioso que aquella primera vez. Intentaría decir lo mismo que dije para atraer tu atención aunque supiera que lo nuestro tendría un final. Te miraría a los ojos y te diría sólo una cosa: 

"Que si volviera a nacer, volvería a buscarte una y mil veces más"

Te espero.

  Te largaste, como todos nos largamos. Pero yo tuve la impresión de quedarme en medio de una riada humana. Caput. Liquidado. Soy uno más, aplastado por decenas de tacones de señoras obesas y desalmadas el primer día de rebajas.

  Hemos pasado a la historia, lástima es que la historia se reescribe ahora cada diez segundos. Y nuestra felicidad, ah, fue una llamarada fatua, en realidad apagamos y encendimos las velas del pastel de manera intermitente. Las vidas reales no son guiones de color azul, nada de tumbarse en el sofá con los pies en el revistero y que suenen los violines tras el primer beso de los protagonistas. Quisiera ver una película mágica que me hiciera llorar al revés, que mis lágrimas subieran hasta esconderse en mis párpados.

  Nos tenemos el uno al otro, dijimos.

  Querida, cada uno debe ser su propio eje, y del otro, satélite amable. Y si caemos en falso, ente las carcajadas urbanas, tendremos que hacerles ver que todo era un juego extraño y luego, recomponernos. Acto seguido saludar al respetable.

  Un epitafio es como una nana, cantada por los difuntos a los vivos que los visitan, para tranquilizarlos. En mi epitafio debería poner:

"Ojalá fuera yo quien leyera tus últimas palabras.

Tanto tiempo respirando y ahora mira como me pagan."

  No obstante, en mi lápida pondrá algo más sencillo:

Te espero.

201

201. Eso duró. Mucho? Poco? Para mi lo segundo. Como puede cambiarlo todo un simple :"Por cierto". Pero bueno, hace tiempo de eso, nada será igual ya. Las cosas se estabilizan, aunque no como antes. Nunca como antes. Lo que fue y no será. A veces pienso que fui un gilipollas. Luego lo pienso un poco más y lo confirmo. Yo creo que no me merecía tanta indiferencia, después de tanto y tanto. Pero bueno, las cosas no salen nunca como uno piensa. Ni por asomo. La vida, el destino, la mierda que sea, tiene reservadas cosas para ti que la gran mayoría de veces no puedes ni imaginar. Pocas veces las intuirás y si lo haces, no te gustará haber acertado. Todo tiene su final, los principios son finales disfrazados de oportunidad. Habrá que dejar de pensar tanto, por un ratito al menos. O intentarlo.

Reflexión #3

A veces las personas parecen mejor de lo que en realidad son. Te sorprenden cuando menos te lo esperas. 180°, un giro a la inversa y puf. Nada. Pero qué se le va a hacer, no todo puede ser perfecto. Cosas que uno, personalmente, no entiende. Dónde está mi error? Sigo sin poder verlo. O será que no existe? Parece que nunca lo sabremos. Toca seguir, continuar. Hacia adelante, el mundo no parará nunca por nadie. Suerte que siempre hay gente ahí, contigo, aunque estén lejos. Nunca podré agradecerles lo suficiente el aguantarme (algo muy complicado, de verdad). Gracias, de todo corazón. La gente que vale lo demuestra, día tras día. Siempre ahí.
"Si fueras capaz de convencerme de que puedes durar una noche más, te esperaría toda la eternidad. Pero esa luz que das, se consume sólo con pestañear."